Hoy ando un poco
desvelada, pues ayer platicando con mis hijos se nos fueron las
horas, y realmente nos acostamos muy entrada la madrugada.
Todo empezó
celebrando el cumple de mi hijo, desafortunadamente Frank, no puede
estar pero cuando sucede eso (como en muchas familias pasará, cuando
el papá viaja mucho) para nosotros es un motivo de doble
celebración, que eso es verdaderamente un privilegio.
Quizás yo he sido
la culpable de esas situaciones de tantas celebraciones, pues por ej.
para mi el cumpleaños no se puede obviar, es algo muy muy
importante pues es como el dar gracias por el año vivido, por todas
las cosas maravillosas que han llegado o pasado por nuestra vida
durante ese año transcurrido.
Mi primer
cumpleaños que celebré fue cuando tenía 11 años, si no te
sorprendas, probablemente eso sea uno de los motivos que ningún
cumple en mi casa se pasa por alto, haya la situación que haya y nos
toque vivir lo que sea en ese momento.
Ese cumpleaños fue
especial e inolvidable, a esa edad, por alguna razón decidí que no
pasaría un año más sin soplarle a las velitas, es increíble como
recuerdo cada detalle, a espaldas de mi madre, con tan sólo mi
voluntad, y mi despertar hacia la vida, resolviendo que lo que me
hiciera falta me correspondía a mi, y sólo a mi ir a por ello.
Y que en el mundo,
o por lo menos en mi mundo, siempre ha habido y habrá gente
maravillosa (ángeles de carne y hueso) que me han
ayudado a cumplir con ese derecho, y con muchas cosas, derechos y
deseos durante mi vida, que nunca he estado sola.
En ese tiempo vivía
en el pueblo de mi Madre, ella y yo sólo (mis hermanas vivían con
mi Padre lejos de ahí) y como vecinos teníamos una familia grande
y maravillosa, eran muchos hijos, mucho cariño, mucha unión, lo
cual yo vivía siendo la amiguita de una ellos, la de en medio
(Tere) de estos vecinos (Los Topete Oliva).
Y una de las
grandes ( no se, me llevaría 7 u 8 años) Rosa, hacía unos
pasteles riquísimos, y me empeñé en mi interior, de que esa vez
tendría pastel, que ese año ya tendría que celebrar mi cumple, no
me pregunten como fue que la convencí, seguramente viendo a una
niña de mi edad con tantas ilusiones, no se lo pensó y me hizo un
rico pastel de bizcocho de naranja, en forma rectangular.
Ese pastel, yo
todavía al cerrar los ojos, lo veo color amarillo el betún, y me
parecía un pastel enorme (claro que era de tamaño normal) pero aquel
pastel en mi recuerdo era tan grande como mis ganas de tener una
celebración de cumpleaños.
Por eso hoy soy
feliz al celebrar a Frank y a mis hijos, es muy importante para mi,
que todos los años celebremos el día específico, y si por alguna
razón no estamos los 4 volverlo a celebrar cuando estamos la familia
en pleno.
Cada cumpleaños,
quizás sea también el honrar la valentía de una niña de 11 años
que a esa edad decidió que nunca más, dejaría de hacer las cosas
que por carencia, o por olvido a simplemente porque no se le dé
importancia, dejamos de hacer o dejamos que la rutina, o simplemente
los pretextos ; pasemos por alto hacer una ceremonia de gracias
(este caso el pastel de cumple) por lo vivido, lo aprendido, y con la
ilusión de lo que el nuevo año por vivir, nos traerá.
Hoy te invito un
café, para hablar de cuantas cosas dejamos de hacer porque creemos
que no tiene importancia, y realmente nos estamos perdiendo de
celebraciones, oportunidades, y momentos de estar con los que amamos,
celebrando la vida en vida, el estar juntos, y simplemente el poder saber que
es una felicidad infinita que existamos,que cada mañana despertemos a nuevos milagros para nosotros y para los
demás.....
Estoy a punto de
celebrar mi cumple, con la misma ilusión que esa niña de 11 años
que lo celebró por primera vez, porque quiso y porque decidió que
nunca más nada le impediría celebrar el derecho a la
vida.......felices celebraciones!!!!!
Gracias a los que ESTÁN...físicamente, con el pensamiento a la distancia, o en sus vidas, pero sobretodos aquellos que me acompañan en este día, con el Corazón.....Les Amo.....