Que el cielo esté en
tu corazón, a luz de las
estrellas en tu Alma
Y los milagros en tu
vida...
Estoy con mi pijama más calientita,
tomando... bueno, más bien disfrutando un rico café y esa película de domingo
donde al final todo tiene un final feliz.
Miro este espacio dónde se han dado
las pláticas más profundas, dónde por las madrugadas entre quesadillas y
bostezos escuchas a los hijos decirte sus más profundos pensamientos,
aderezados con el cariño de una cena mañanera y de los más íntimos pensamientos.
Los maratones de cocina cuando
todos en familia, cocinamos y compartimos nuestros sueños, con un rico vino
como referencia...
Y así, perdida en la trama de mi
propia película me sorprenden sendas lágrimas surcando mis mejillas... y esa
sensación en la garganta de tanto por decir;
ya sea en una nota de voz o simplemente un compartir con ese alguien
que de repente y aunque invisible me acompaña en este café dominguero....
Y rápidamente como si fuera un grave error SENTIR, me empiezo a cuestionar porqué me siento así? y... oh sorpresa!!! esas lágrimas son de alegría, de agradecimiento, de sueños cumplidos,
de metas alcanzadas, y atrapo ese último pensamiento que logra conmoverme de
tal manera, es el volverme a ver cómo esa niña en un pueblo perdido, lejos de
todo lo que me era familiar y “normal”: con muchos sueños en el corazón, con
muchos deseos por cumplir y darme cuenta que el bendito Universo con su
maravillosa varita mágica ha ido cumpliendo uno a uno esos sueños que visualizaba más
allá de mis posibilidades...
Y esta emoción desbordante, al mira
como con sólo pararme en puntillas y estirar mi mano, una a una esas
posibilidades como estrellas en el firmamento han estado a mi alcance, conociendo el
amor, en muchas formas, pero sobretodo ese amor incondicional donde todos mis
sueños y esfuerzos podrían ser cambiado uno a uno por los sueños de mis hijos.
Saber que esa persona que un día
dijo SI a mis locuras, mis rarezas, y mi “ser
tan diferente” arriesgándo su propia vida segura, sigue aún caminando a mi
lado; dándome la mano cuando caigo y dejándose levantar cuando cae... sin
grandes aspavientos sólo con el deseo infinito de tomarnos de la mano y saber
que ESTAMOS....
Y por último, la añoranza salpicando
este momento de esa amiga; que en cierto momento se perdió en el camino, y a la
cual extraño tanto: sus visitas sin anunciar, nuestras charlas sin tanta
iluminación tan auténticas y humanas... deseando que encuentre pronto el camino
de regreso nuevamente hacia mi corazón.
Y así empiezo a disfrutar el salado
sabor de mis lágrimas corriendo por mis mejillas hacia mi rico café compartido, diciendo nuevamente gracias, gracias, gracias... por tantas alegrías, por esta
vida llena de sentido, por ese seguir caminando dejándome sorprender por mi
Hada Madrina y su varita mágica... y en ciertos momentos convertirme en esa
bella mujer bailando el mejor vals de su vida, o esa mujer madura con una
mochila a la espalda, y uno cómodos zapatos viajando y cruzando océanos para
disfrutar, la amistad, los sueños de mis hijos y todas aquellas ciudades que
están ahí esperando por mi; alrededor
del mundo...
Hoy te invito un rico y enpijamado
café... agradeciendo por tu vida, por tus sueños, pero sobretodo por los
maravillosos milagros diarios con los que nos regala esa hada madrina: este maravilloso y sorprendente Universo!!! ¿Y tú hoy por qué vas a agradecer, y tras que sueño vas a ir ?....
Feliz sueños, feliz día.... feliz
vida!!!
Mujer/Coach/Terapeuta/Counselor